UN RESTAURANTE SIN SERVICIO DE MESA.

Se trata de establecimientos que no atienden al cliente en la mesa, sino en el mostrador o a domicilio. En algunos casos se puede consumir la comida en el local, y en otros solo se puede comprar para llevar. Los mayores actores del sector son las cadenas de comida rápida, en especial hamburgueserías como Mc Donalds o pizzerías como Telepizza, pero los nuevos hábitos de consumo, quizás influenciados por la cultura norteamericana, también incluyen otros conceptos.

Normalmente, se trata de un formato muy estandarizado, que ofrece precios económicos y un servicio rápido al cliente. Hace falta menos personal para atender el mismo número de clientes que un restaurante tradicional, lo que permite precios competitivos. Por otra parte, la estandarización facilita una reducción de costes y una mayor rentabilidad.

El segmento de clientes va dirigido a un gran número de personas, desde los más jóvenes hasta los más mayores. ¿Quién no ha querido pasar un buen rato en compañía de amigos o familiares? Estos acuden a este tipo de lugares para emplear en diversión y descanso el tiempo que podrían estar cocinando.

La relación con los clientes es meramente profesional, debido a que los trabajadores ofrecen un servicio rápido a la par que amable y respetuoso, quedando el cliente así satisfecho con el trato recibido y la rapidez del funcionamiento.

Primeramente, los medios que se utilizan para una venta serían aquellos que se han visto a lo largo del tiempo, mediante un servicio a domicilio y atendiendo al cliente personalmente. Además, se incluiría un servicio para pedir de forma rápida y con tarjeta de crédito mediante una app instalada.

La forma de pago puede ser tanto en efectivo tanto como en tarjeta de crédito, ofreciendo a los clientes tickets descuento y ofertas acumulables.

Se trata de un formato muy estandarizado, que ofrece precios económicos y un servicio rápido al cliente. Hace falta menos personal para atender el mismo número de clientes que un restaurante tradicional, lo que permite precios competitivos.

Uno de los recursos clave que hay hoy en día es la publicidad.

Por ello, es necesario invertir en una buena campaña la cual de a conocer nuestro negocio y atraiga un gran número de clientes intentando que el flujo de estos siempre sea constante.

Tenemos que disponer de un amplio abanico de distribuidores, con los cuales se debe pactar desde un principio la calidad del servicio y el precio que este conlleva. Un ejemplo sería una empresa distribuidora de pan, de carne...

Los clientes son cada vez más sensibles a los precios, y hay que ser consciente de la competencia. Hay que adecuarse a los precios de nuestro alrededor y no subirlos, ya que la clientela sino no vendría. Elegir correctamente el precio del menú es algo importante.