¿Es posible un mundo sin bancos?

Una de las principales lecciones que podemos aprender de esta crisis financiera y económica es que cuanto más necesitamos a los bancos, más difícil es conseguir su colaboración. Después de varias décadas prestando sin control a las empresas constructoras y promotoras, contribuyendo activamente a crear la burbuja inmobiliaria que tanto daño nos ha hecho a la economía española y especialmente a la valenciana, han pasado drásticamente a una severa restricción crediticia. Y a pesar del intento del Banco Central Europeo por inyectar liquidez al sistema para favorecer los créditos empresariales, los bancos se han dedicado a comprar deuda soberana y a especular en los mercados financieros.

Durante los años de crisis, miles de autónomos, microempresas y pymes han tenido que abandonar su negocio por falta de crédito y numerosos emprendedores han tenido que dejar en standby su proyecto a la espera de mejores circunstancias. En este contexto es realmente difícil generar actividad económica y empleo.

España es un país con una gran dependencia del sistema bancario, a diferencia del mundo anglosajón. Pero también es un país con una cultura financiera muy restrictiva hacia los emprendedores y los pequeños empresarios.

Ante esta situación, nos podemos hacer la pregunta: ¿podemos prescindir de los bancos?, ¿es posible emprender sin la financiación de los bancos?  Afortunadamente, la respuesta a esta pregunta comienza a ser positiva, pues con la crisis están surgiendo numerosas iniciativas que buscan generar canales directos de financiación sin necesidad de depender de los bancos.

Sin lugar a dudas, el uso de las TIC y de las Redes Sociales está favoreciendo esta tendencia. Además de los recursos informales de las tres efes  “family, friends and fools”, están surgiendo nuevos canales de financiación para emprendedores y pequeños empresarios como las plataformas de crowdfunding o finanzas colaborativas, los micromecenazgos, los microcréditos y los business angels, además de los sistemas de pago virtuales y monedas encriptadas como el bitcoin. Todas estos mecanismos son analizados en mi nuevo libro “¿Es posible un mundo sin bancos? La revolución de las finanzas éticas y solidarias”.

Pero no solo es importante facilitar o conseguir financiación para emprender, sino que también es tanto o más importante la manera o la forma con que se financia. Me refiero a la implantación de una cultura financiera basada en criterios éticos y profesionales. Las finanzas empresariales han de estar basadas en la transparencia y en la inversión socialmente responsable como dos principios básicos que han de marcar las pautas de comportamiento de las finanzas, incluyendo también, claro que sí, a los bancos.

Y esto no se consigue con procesos de reestructuración o de reordenación del sistema bancario, eufemismos detrás de los cuales no hay más que cierres de bancos y oficinas y despido de trabajadores. Esto se consigue con la implantación de unos códigos de conducta y de buen gobierno centrados en la ética como eje transversal.

En otros países de la Unión Europea esta cultura ya existe y está fuertemente implantada. ¿Por qué en España no es posible?, ¿por el enorme poder de los grandes bancos?, ¿tiene algo que ver con la corrupción? Interrogantes que no vamos a resolver ahora pero que lanzo para la reflexión.

En la Europa central y del norte existe una banca ética fuertemente implantada desde hace varias décadas y una banca de proximidad o community banking muy vinculada a la economía productiva. En España apenas existe banca ética y nos estamos quedando sin banca de proximidad con la desaparición de las cajas de ahorros y las fusiones entre cooperativas de crédito. Pero la banca de proximidad es clave para la financiación de los emprendedores y de los pequeños empresarios.

Se trata de una banca especializada en el negocio minorista, arraigada al territorio y vinculada a las necesidades específicas y concretas de sus clientes. Esta es la banca que necesitamos para reactivar la economía, recuperar el tejido productivo perdido y fomentar la innovación en las empresas a través del apoyo a las empresas innovadoras de base tecnológica (startups). Sería importante que este tipo de empresas y que los emprendedores fueran conscientes (la conciencia es clave para el cambio de cultura financiera) de esta realidad, no sólo con el propósito de conseguir fuentes de financiación apropiadas para sus negocios, sino también para contribuir activamente al cambio.

 

ARTÍCULO sobre el libro ¿Es posible un mundo sin bancos? | Autor: Joan Ramon Sanchis Palacio, Catedrático de Organización de Empresas de la Universitat de València, Director de Instituto de Investigación en Economía Social, Cooperativismo y Emprendimiento IUDESCOOP, colaborador de FUNIBER y UNEATLANTICO y Director del Máster Universitario en Economía Social (Cooperativas y Entidades no lucrativas) de la Universitat de València.