Investigación de Mercados "Do It Yourself"

Conocer el mercado y a los clientes a los que te vas a dirigir es imprescindible para aumentar la efectividad y reducir los riesgos de equivocarte.

Si te planteas por primera vez realizar un Estudio de Mercado para tu negocio, con bastante frecuencia la tendencia inicial es elaborar un cuestionario de 200 preguntas en el que quieras averiguarlo todo. Es comprensible si eres un/una promotor@ novel o un/una empresari@ que entras por primera vez en un sector: eres consciente de que te falta mucho por conocer, y esto es positivo.

Sin embargo son recomendables siempre dos pasos previos:

Haz una lista con las cosas que te gustaría averiguar y prioriza. O sea, define cuáles son más relevantes y cuáles lo son menos, cuáles necesitas con mayor urgencia y cuáles pueden esperar.

Ahora toca decidir cómo obtener esa información:

¿Preguntas a tus familiares y amigos vía Whatsapp, Facebook o similares?

¿Haces un cuestionario y sales a la calle tablet o carpeta en mano a preguntar?

¿Buceas por internet a ver si hay información que te sirva?

¿Buscas gente que sepa del tipo de negocio que quieres montar y les preguntas?

¿Te apuntas a charlas y conferencias de personas que saben de tu negocio?

¿Miras lo que hacen otras empresas similares?

¿Haces compra simulada?

¿Observas lo que hacen tus potenciales clientes?

Esta decisión dependerá de tu presupuesto, de las características del mercado, del tipo de información que necesites, de tus habilidades, del tiempo del que dispongas, etc.

Probablemente podrás obtener parte de la información que buscas a través de la combinación de estos y otros métodos, con lo que ya te puedes dar con un canto en los dientes: aparcas el cuestionario interminable, fomentas las relaciones personales y además aprendes.

Pero claro, no todo es buscar información, sino que hay que recopilarla de forma sistemática y estructurada. ¿Cómo? Lápiz y papel, procesadores de texto, hojas de cálculo, bases de datos o aquello con lo que te sientas a gusto, te permita trabajar rápido y, sobre todo, te facilite explotar la información, analizarla y extraer conclusiones.

Por supuesto, una cosa es que tengas mucha información y otra cosa es que la información obtenida sea “buena” o “útil” y que las conclusiones que extraigas sean correctas. Si 3 de cada 4 amigos tuyos dicen que les gusta tu producto, no quiere decir más que eso: que a la mayoría de personas de tu entorno tal vez les guste (o lo que es lo mismo: que no sólo te gusta a ti). Lo que no debes hacer es pensar que, en base a estos resultados, el 75% de las personas a las que les ofrezcas tu producto lo comprarán. En este caso, es importante invitar a tu ego a que se vaya a echar la siesta mientras tú trabajas.

 

Artículo escrito por Ramón Ferrandis. Director Área Económico-Financiera de CEEI Valencia.