Mentiras, banca, despidos y fútbol
Si se prima la igualdad se genera más espectáculo y más beneficio y no al contrario
FEVECTA. Federación Valenciana de Empresas Cooperativas de Trabajo Asociado
Publicado el jueves, 12 de agosto de 2021 a las 12:22
Decía Einstein: "Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo". Pues bien, en mi opinión, nos encontramos viviendo en una sociedad donde cada día se hace más patente esta frase de Einstein.
Quería traer una serie de titulares que han sido portada en los medios de comunicación en este pasado mes de abril, que de alguna manera nos hablan de esa estupidez humana a la que se refería Einstein.
Estos titulares son una muestra de esa estupidez humana de la que hablo. En esencia, vivimos en un sistema económico que tiende a generar cada vez una mayor DESIGUALDAD, y se apela a que esta desigualdad es la fuente de progreso y crecimiento económico y que éste, tarde o temprano, llegará a las capas más desfavorecidas.
En mi opinión esto es una farsa y un engaño que se perpetúa en el tiempo y que las políticas neoliberales han consagrado como un mantra. En el último informe de OXFAM de 2021, se constata que una élite súper rica continúa acumulando riqueza, mientras que una inmensa mayoría de personas se encuentra con grandes dificultades, y gran parte de ellas está en umbrales de pobreza pese a tener trabajo. Se consolida la nueva clase social, EL PRECARIADO.
Como vemos en los titulares de los medios de comunicación, no se tiene ninguna vergüenza en aumentar de forma inmoral las retribuciones de los directivos de la banca, al mismo tiempo que se plantean despidos masivos de trabajadores-as.
Las desigualdades retributivas de los directivos del IBEX respecto de sus empleados son escandalosas. Los directivos del IBEX ganan más de 80 veces lo que ganan sus empleados. Es decir, que si un empleado cobra 1.000 € al mes, un directivo puede ganar unos 80.000 €.
Significa esto que un alto directivo es 80 veces más inteligente que su empleado. La ciencia dice que eso es imposible, y en el caso de que un directivo fuese tan inteligente habría comprendido que el neoliberalismo es un sin sentido y se hubiese dedicado con toda seguridad a la vida contemplativa.
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