Invertir en unas buenas tarjetas de visita es fundamental para cualquier negocio
Hablamos con Jordi Ensenyat sobre la importancia de las tarjetas de visita
Publicado el miércoles, 07 de marzo de 2018 a las 16:23
Jordi Ensenyat, diseñador gráfico y diseñador web. Fundador de Code Barcelona, estudio de diseño web en Barcelona.
¿Qué es lo que diferencia una buena tarjeta de visita?
Los factores son muchos, pero básicamente y como es de esperar, lo principal es que además de incorporar todos los datos necesarios, también debería estar diseñada con gusto y siguiendo la línea gráfica de la marca, empresa o negocio.
Antes se deberá haber hecho previamente un buen trabajo en el diseño de logotipo, un punto que creo no debería ser discutido a estas alturas y que en todo caso debería ser tratado en profundidad en otro momento.
¿Los acabados son realmente tan importantes?
Totalmente. Un buen diseño de tarjetas o cualquier trabajo de diseño gráfico offline puede quedar arruinado si no hemos hecho una buena elección de imprenta o si nos dejamos llevar por los precios “super oferta”, donde en la mayoría de los casos, estos precios, entre otros motivos, son tan bajos debido a que la calidad del papel utilizado es muy bajo.
Es muy importante el grosor del papel, a más grosor, más presencia tendrá la tarjeta de visita y eso, te aseguro que se nota al entregar la tarjeta a un posible cliente.
¿Cuál es el objetivo de una tarjeta de visita?
Siendo simplistas, dejar la información de contacto, pero si además también podemos captar la atención e impactar a través de ella, vamos a tener más posibilidades de permanecer en la mente del receptor por más tiempo y seguramente estará más dispuesto a contactar con nosotros o visitar nuestra página web, que debería estar a la altura en el trabajo de diseño web. Además la tarjeta de visita habla de nuestro negocio y de cómo en serio nos lo tomamos. La creatividad también será uno de los puntos que ofrecerá más valor.
¿Cuando dices que la creatividad es un punto que ofrece mucho valor, a qué te refieres exactamente?
Poniendo un caso práctico, imagínate si nos dedicamos a trabajar con madera y entregamos unas tarjetas de visita hechas en madera. Seguramente el receptor quedará impresionado y si le ha impactado lo suficiente, incluso cabe la posibilidad de que se la muestre a su gente más cercana.
Por ejemplo, ahora en el estudio hemos diseñado unas tarjetas para una empresa dedicada a la instalación de chimeneas. Puesto que lo que se hace dentro de una chimenea es quemar madera… llegamos a la “creativa” idea de crear unas tarjetas hechas en madera a las que como guinda del pastel, decidimos quemarles uno de sus lados a todas y cada una de ellas. Imagina la cara de un cliente que recibe una tarjeta de este tipo.
Dejo el enlace a nuestra página web por si alguien quiere echarle un vistazo al proyecto al completo. Tarjetas de madera.
Pero eso tiene un precio
Sí, eso tiene un precio. El diseño de unas tarjetas de madera de este tipo más los costes de impresión o fabricación, son altos. Si se dispone del capital suficiente, es algo en lo que realmente vale la pena invertir. En todo caso, siempre podríamos tener una versión más “low cost” con la que hacer repartos de una forma más masiva.
También cabe decir que no todo son los acabados y que mientras escojamos un papel y una imprenta que trabaje bien, obtendremos resultados muy buenos y con los que al menos y perdona por la expresión, la tarjeta no parecerá haber sido sacada de debajo de un sofá sucio de una película de terror.
¿Podrías definir una tarjeta de este tipo?
Los componentes pueden ser muchos, pero a nivel de diseño y resumiendo: Papel mal escogido (aquí hay que tener en cuenta el gramaje, la textura,etc) y que no pega con la imagen corporativa, tipografías demasiado pequeñas o demasiado grandes. Alineación de los textos desigual. No respetar los márgenes (por ejemplo, que la tipografía esté excesivamente pegada a los bordes de la tarjeta). Elementos que pretendían estar centrados que no están centrados.
A nivel de impresión, me he encontrado con tarjetas torcidas, colores que varían entre la misma tirada de impresión, cortes que se comen parte del diseño, tarjetas que en vez de rectangulares, acaban pareciendo más bien figuras abstractas.
¿Algún consejo si alguien se ha sentido identificado con la descripción?
Y tanto. No todo está perdido. El mejor consejo que puedo dar a una persona que haya visto sus tarjetas reflejadas en la anterior descripción es que antes de tirarlas a la basura, existen otras opciones: podemos utilizarlas como posa vasos o como método para prender las barbacoas el fin de semana. Fuera bromas, siempre se está a tiempo de buscar un estudio de diseño gráfico que se encargue del diseño de unas buenas tarjetas de visita y eso es fundamental para cualquier negocio.