Qué cosas tienes que saber antes de empezar tu proyecto para evitar que fracase
Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI Alcoy-Valencia)
Publicado el jueves, 07 de febrero de 2019 a las 11:51
Si tienes un proyecto de negocio, inequívocamente vas a pasar del ámbito de las ideas a la realidad tangible; y se podría decir que eres un soñador, un atrevido, que tiene algo de mago, de artista y de creativo.
Por supuesto, te asaltarán dudas… Como por ejemplo: ¿Qué podré hacer para salvar mi proyecto, si no rueda como espero?.
Posiblemente, para que estés en condiciones de afrontar las dificultades que surjan y salvar tu proyecto durante su desarrollo, desde el inicio has de tener en cuenta una serie de consideraciones…
- Alcance: Que persigo lograr con mi proyecto. Que objetivos…
- A nivel de resultado definen mi producto/servicio
- A nivel de recompensas personales, pretendo:
- Autorrealización,
- Independencia,
- Mayores ingresos
- Requisitos: que características, técnicas, físicas, funcionales, de definición, ha de tener el resultado de mi proyecto.
- Restricciones: hasta donde puedo llegar.
- Tengo un tiempo máximo,
- dispongo de un dinero concreto,
- y lo que produzca ha de tener unas características mínimas para ser aceptado y apreciado por mis clientes y/o usuarios
Pero no perdamos el Norte… una cosa es la ejecución sin rebasar los límites de tus restricciones… Y otra es que el objetivo perseguido sea el adecuado… Estamos hablando de un negocio, una empresa; necesitamos que lo que produzca sea atractivo, útil, vendible y rentable.
Y para abordar esta cuestión, hay que ver como es tu proyecto:
- Si es un negocio convencional, se trata de un proyecto de gestión predictiva. Si vas a abrir una peluquería, una tienda de ropa o un taller de mecánica del automóvil, no te estas moviendo en entornos de negocio inexplorados o de elevada incertidumbre.
Son proyectos que de manera similar, se han llevado a cabo en multitud de ocasiones, y que en función de las experiencias de otros, la gestión de todas sus partes es razonablemente predecible. Su planificación puede definirse de manera bastante estable, al inicio.
- Si se trata de un negocio innovador, una startup, hablamos de un alto nivel de incertidumbre y esto requiere una gestión ágil de proyecto: Tus clientes y usuarios, tienen mucho que decir. Se acabó el tiempo de las corazonadas.
Una gestión que te permita obtener ventaja de los cambios que afloren, es primordial.
Lista tus requisitos, priorízalos, pero a medida que conozcas mejor a tu cliente/usuario, desarrolla los adecuados, desecha los irrelevantes, e incorpora los que afloren como importantes. En este esquema de trabajo, la interacción con tus clientes y usuarios es básica. Y con esta interacción, estrecha paulatinamente el foco de tus objetivos.
En este proceso tiene un papel fundamental, componer tu Modelo de Negocio, validando y evolucionando las diferentes hipótesis que barajes, mediante el contraste y la interacción de prototipos, modelos y propuestas, con clientes/usuarios representativos del público objetivo al que te diriges.
Otro aspecto que limita las posibilidades de fracaso es el seguimiento periódico. Afirmaba Peter Drucker que lo que no se puede medir, no se puede controlar.
Se dice que un proyecto de cualquier tipo, que tiene seguimientos periódicos de intervalos superiores al mes, está fuera de control… y con el fracaso al acecho
Para ello, define KPIs, que te permitirán cuantificar las magnitudes de las que depende el éxito y el fracaso de tu proyecto, y unos límites que por debajo o por encima de los mismos, (depende del caso), te avisen de que se están produciendo desviaciones sobre lo previsto.
Cuando estas se produzcan, estudia y pon en práctica medidas correctoras, que salvaguarden los objetivos y la razón de ser del proyecto.
Y no olvides desde el principio, gestionar los posibles riesgos, “esos grandes desconocidos”. No consideres todo lo que puede ir mal, (trabajar con exceso de información no es operativo); ten en cuenta aquellos riesgos que pueden tener más probabilidades de ocurrencia y un impacto más dañino en tu proyecto.
La gestión de riesgos es toda una disciplina en si misma, pero es necesario mencionar que si consideras algunos riesgos, piensa en diferentes estrategias para afrontarlos…
- Aceptarlos tal cual, cuando no hay alternativa.
- Mitigarlos, propiciando que disminuyan su probabilidad de ocurrencia.
- Transferirlos, un ejemplo de esto es contratar un seguro, frente al riesgo concreto.
- O evitarlos, es decir, planificar nuestro proyecto eludiendo el riesgo
Y en cualquier caso, que Planes de contingencia tendrás que poner en marcha, en el supuesto de que se materialicen, para minimizar sus efectos perniciosos… Como ves, esto da para un post específico.
Cabe subrayar, que para poner en práctica todo esto de una manera efectiva, la redacción y utilización de un Plan de Empresa, supone una herramienta fundamental
Disponte a triunfar: ¡Ninguna batalla importante se ha ganado sin optimismo!
Eso sí, hay que ser optimista, pero cabal. Avanza afianzando los pasos, evalúa los riesgos en cada momento. Un proyecto es una inversión, y no hay inversiones seguras al 100%. Tu labor ha de ir encaminada a aumentar las probabilidades de éxito.
Llegado el caso, evalúa los pros y los contras de seguir con el proyecto… A veces, cancelar es una opción. Y si hay que fracasar, hagámoslo de la manera más barata posible.
Por supuesto, si quieres ahondar en este o en otros temas, contáctame, será un placer charlar contigo.
07/02/2019 11:51 | SimoGisbert
Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI Alcoy-Valencia)