Volver a trabajar juntos... Aunque no estemos todos en la oficina
Artículo de David Blay, speaker y articulista
Publicado el lunes, 14 de diciembre de 2020 a las 10:10
Uno de los mayores lamentos de las personas que tuvieron que teletrabajar por primera vez en su vida durante el confinamiento fue la ausencia de relaciones personales con los compañeros, lo que supuso una falta de conexión emocional que sin duda se tradujo en un mayor estrés laboral.
Al mismo tiempo, la falta de costumbre de medir la productividad por objetivos y no por horas de muchos de los directivos españoles les llevó a incrementar de manera exponencial la reuniones telemáticas, lo que no solo supuso grandes problemas para quienes debían cuidar de hijos o familiares a cargo sino que les restó tiempo efectivo para poder realizar sus tareas.
Hoy, con la segunda ola presente y la amenaza de una tercera tras las Navidades, pero con la esperanza de que alguna de las vacunas que ya circulan por los sistemas sanitarios mundiales sean efectivas, esas situaciones deberían ir reparándose poco a poco. Aunque los números indican algo muy diferente.
En un reciente estudio, un 72% de los empleados españoles encuestados señalaron que querrían seguir teletrabajando (de manera parcial o total) aun teniendo la certeza de que todo volvería al mes de febrero de 2020. Y aunque la percepción no es la misma por parte de quien les contrata, la fractura social en este tema ya es muy evidente.
Muchas personas han abandonado las grandes ciudades para vivir en lugares más confortables, baratos, amables o simplemente familiares. Otras se han dado cuenta del absurdo de perder dos horas al día en desplazamientos innecesarios. Y algunas más han encontrado en la diversificación una mejor manera de ganarse la vida.
Y sin embargo, si algo nos sigue faltando es el hecho de ser capaces de interrelacionarnos de manera directa, humana (o casi) con aquellos con quien compartimos empresa. Y, yendo más allá y sin ánimo de engañar a nadie, también el control de la gente que tienen a su cargo por parte de los jefes de equipo es una demanda que no dejará de estar latente.
Precisamente a esta llamada ha acudido una empresa nacida íntegramente digital, que opera con personas distribuidas entre Estados Unidos, Canarias, Madrid, Vigo, México y Colombia. Y que buscaba un espacio común donde verse las caras o hasta tomar un café (virtual) para poder estar juntos sin estarlo en realidad.
Por ello, mediante la recreación virtual de un espacio físico, y otorgando un avatar a cada persona, cualquiera puede detectar a simple vista no solamente quién está activo, sino también qué individuos o departamentos se encuentran en una tarea donde no pueden ser molestados, reunidos o hasta en alguna formación. Esa es la fuerza de Nubii, una mezcla (como algunos han dado en llamar) entre Los Sims y Slack.
En el caso de que el usuario se encuentre en fase de color verde, cualquier otro puede acercarse bien para mantener una conversación a través de mensajes de texto o directamente en videollamada.
Asimismo, dentro del espacio creado pueden habilitarse desde lugares de ocio con máquinas de café hasta despachos, salas de encuentro, sitios destinados únicamente a la formación o incluso islas de vacaciones donde quien se halle allí no pueda ser molestado por sus compañeros.
De este modo se vuelve a la sensación de una realización laboral conjunta, al tiempo que ofrece a la parte directiva toda la información sobre el desempeño de su equipo y no obliga a realizar formación alguna en herramientas más complejas.
14/12/2020 10:10 | davidblaytapia