Peiró aboga por la formación en competencias digitales y nuevas habilidades directivas para la implantación del teletrabajo
Publicado el jueves, 18 de febrero de 2021 a las 13:58
“El teletrabajo ha venido para quedarse, pero no como lo hemos experimentado este último año. Hay lecciones que aprender y mejorar en el plano del trabajo y en la empresa”. A ello se ha referido José María Peiró en su conferencia “El teletrabajo: condiciones e implicaciones para el trabajador y la empresa” impartida en el XXX Seminario de Ética Económica y Empresarial de la Fundación Étnor “Caminos de futuro en tiempos de coronavirus. Una perspectiva ética”.
José María Peiró, doctor en Psicología, catedrático de Psicología Social de las Organizaciones de la Universitat de València e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) ha explicado que la limitada práctica del teletrabajo en nuestro país ha podido suponer una desventaja competitiva en relación con los países de nuestro entorno. En el último año, sin embargo, su implantación ha experimentado un fuerte crecimiento impulsado por condicionantes coyunturales, la pandemia, y estructurales, la existencia de una base de digitalización en nuestro entorno, bien dotada en infraestructuras pero mejorable en su uso y gestión, que ha propiciado cambios disruptivos en la forma de trabajar y en la empresa.
En los últimos meses, muchas empresas y trabajadores se han acogido a esta práctica, lo que ha permitido proteger la salud y amortiguar los efectos negativos del confinamiento sobre la actividad laboral y productiva. Sin embargo, explica Peiró “en muchas ocasiones, el teletrabajo se ha llevado a cabo sin planificar, con improvisación, sin medios suficientes y en condiciones ambientales a veces inadecuadas”.
En opinión de Peiró se plantea el reto de utilizar de forma inteligente las ventajas de la flexibilidad espacial y temporal y la movilidad que plantea el teletrabajo para que sea una de las opciones habituales y para que su implantación sea favorable para trabajores y empresas. Ahora bien, para ello es necesario abordar cambios en la forma de trabajar y de dirigir las empresas.
Respecto a la forma de trabajar, la formación de las personas en competencias digitales es un elemento fundamental. Formación que debe iniciarse ya en la enseñanza básica y avanzar en función de las distintas ocupaciones. La gestión de información y datos, la capacidad de comunicar e interactuar a través de tecnologías de la información, el desarrollo de contenidos digitales, así como la capacidad de preservar la seguridad y privacidad, son algunas de las competencias básicas a las que se refiere Peiró. “Quien hoy no conozca nada de esto es un analfabeto funcional que tiene un problema importante de integración en la sociedad”, asevera, al tiempo que advierte que las competencias digitales están alterando otras competencias de índole profesional, mental, personal y relacional.
Del mismo modo, se hacen precisos cambios que se adapten a la nueva forma de trabajar, que es más autónoma y con mayor responsabilidad del trabajador. La presencia en el puesto de trabajo ya no es, por tanto, un elemento de control y valoración del trabajo. Los criterios son otros y obligan a replantear que la aportación que se realiza ya no se basa en la presencia si no en lograr resultados y en analizar el valor añadido. La empresa tiene otras formas de medir y evaluar las aportaciones.
En lo que respecta a las habilidades directivas, la práctica del teletrabajo plantea el paradigma de la confianza y el control. “A nadie le gusta estar controlada internamente, es importante medir la tentación del sobre control técnico externo y no compartido” asegura Peiró. “Hace falta más autonomía, más confianza más responsabilidad del trabajador y una relación frecuente y bidireccional de trabajadores y directivos”. Peiró considera que quienes tienen la responsabilidad de supervisar y dirigir carecen, en muchos casos, de experiencia de planificar, asignar y monitorizar tareas y evaluar desempeño en un contexto virtual.
José María Peiró concluye que para la implantación de un modelo de teletrabajo es imprescindible contar con la implicación y compromiso de la alta dirección y de los trabajadores. Su implantación requiere un replanteamiento de las empresas y la definición de las políticas de empresas, objetivos, y criterios para determinar quién puede teletrabajar. Asimismo, es necesaria la adaptación de las prácticas de planificación del trabajo y evaluación del desempeño y las prácticas de recursos humanos de modo que se implemente practicas equitativas que produzcan discriminaciones.
El presidente y la directora académica de la Fundación Étnor, Enrique Belenguer y Adela Cortina, han inaugurado el quinto Seminario de Étnor y Pedro Coca, presidente del Propeller Club, socio de CADE Logistics y patrono de la Fundación ÉTNOR ha sido el responsable de introducir y presentar al ponente.