La gasolinera de L'Aljub es la más barata de la provincia de Alicante.

La gasolina, también conocida como oro negro, se ha convertido en uno de los bienes más necesarios de la vida diaria. Cientos de coches abarrotan las calles y por lo tanto, la venta de carburante está más que garantizada. Elche es una de las ciudades españolas que más coches tiene, en proporción al número de habitantes, y aunque en la Comunidad Valenciana el precio medio de gasolina 95 es el más alto de todas las comunidades, los ilicitanos podemos respirar un poco más tranquilos.

El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio en su página web, informa puntualmente de las gasolineras más económicas de cada provincia y de las veinte más baratas de la provincia de Alicante, se da la circunstancia de que diez se encuentran en Elche. En la lista, se sitúa a la cabeza el establecimiento ilicitano de Eroski en el complejo comercial L'Aljub, seguido del de Rojales, con bastante diferencia con respecto al tercero.

El por qué la mitad de las gasolineras más económicas de la provincia se encuentran en Elche no tiene una explicación matemática, y en un intento por descifrar la cuestión, Javier Ortega, responsable de personal del Grupo Eroski, apunta a que «desde que nosotros abrimos en el primer trimestre del 2005, el resto de gasolineras se han tenido que adaptar a nuestros precios bajos». Fenómeno que en otras ciudades como Alicante donde no tienen ninguna abierta «no ocurre». Es más, a nivel nacional, las gasolineras del Grupo Eroski «siempre se encuentran entre las más económicas. De hecho son las más baratas que yo conozco».

Ante la estrategia de Eroski, las demás gasolineras se han visto forzadas a reducir sus precios para hacerlos más competitivos y, quizá, por este motivo tienden a la baja con respecto a otras ciudades y destacan entre las más económicas de la provincia.

Táctica

La cadena considera la política de precios del carburante como «una ventaja para nuestros clientes y para el resto de la ciudadanía porque el coste es el mismo para todos. Es un servicio añadido como las agencias de viajes o las ópticas que tenemos instaladas en otros centros. Siempre tratamos de beneficiar a las ciudades donde abrimos un nuevo centro».

Dentro de la táctica empresarial, con el atractivo del carburante, Ortega explica que «pretendemos arrastrar a más clientela al hipermercado y que se conviertan en habituales». A la semana atienden a más de 9.200 usuarios y venden unos 280.000 litros, de lo que se desprende que la opción que mantienen les funciona bien.

A la hora de vender carburante, existen dos posibilidades: «ganar más dinero con cada litro vendido o ganar un poco menos, pero suministrar muchos más litros. Nosotros preferimos la segunda».

Ahorro

Hoy en día, la mayoría de gasolineras son de autoservicio, pero esa característica no contribuye al abaratamiento de los carburantes. El responsable de personal de Eroski puntualiza que «no se ahorran sueldos. Es más, ahora tenemos más personal que cuando abrimos porque gracias a la masiva afluencia tenemos las dos cabinas siempre abiertas para mejorar el servicio».

El horario del establecimiento es de lunes a sábado de siete de la mañana a once de la noche y los domingos de diez de la mañana a diez de la noche. Pero desde el pasado mes de noviembre pusieron en funcionamiento un carril automático que funciona las 24 horas del día, y que permite que a altas horas de la madrugada los clientes puedan llenar el depósito de sus vehículos.

Otro rumor que siempre acompaña a las gasolineras que mantienen los precios más bajos, es que la calidad también lo es, suposición que desmiente rotundamente Ortega. «Nuestros proveedores son los mismos que los del resto de gasolineras. Y si fuera así, a diario recibiríamos cientos de denuncias. Cosa que no pasa».

Recuerda también a todas las personas que puedan pensar así que «pasamos todos los controles rutinarios, más las pruebas internas que realiza una empresa ajena a nuestro grupo y los resultados están a disposición del que quiera consultarlos».

Otra de las gasolineras más baratas de la provincia es la de La Galia que pertenece a los hermanos Azorín. Allí sirven a la semana unos 20.000 litros y Fran Mellado, uno de los responsables explica que «nunca me había fijado en sí somos una de las más baratas, pero me alegro de que sea así».

Añade que «nuestros precios son los recomendados por la empresa BP», por lo que la estrategia empresarial no es más agresiva ni más a la baja en Elche, sino que se siguen unas tablas de precios dependiendo de la ciudad o pueblo en el que se encuentre la estación de servicio.

Por el constante aumento de los precios, los hábitos de consumo están cambiando y desde ambas gasolineras certifican que «los fines de semana en los que la gente no utiliza el coche para trabajar, las ventas bajan mucho». Para muchos el coche está empezando a ser prescindible, pero los que no renuncian a él «ya no llenan tanto el depósito, sino que ponen cantidades más pequeñas para pasar unos días». Algo que para Eroski es positivo porque «si la gente mira más el precio tendremos más clientes», bromea Ortega.